KnoWhy #598
“El origen de la Iglesia de Cristo en estos últimos días, habiendo transcurrido mil ochocientos treinta años desde la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo en la carne; habiendo sido debidamente organizada y establecida de acuerdo con las leyes del país, por la voluntad y el mandamiento de Dios, en el cuarto mes y el sexto día del mes que es llamado abril"
Doctrina y Convenios 20:1
KnoWhy #568
"Sí, y el pueblo se esforzaba en guardar los mandamientos del Señor; y obedecía estrictamente las ordenanzas de Dios, según la ley de Moisés; porque se le enseñaba a observar la ley de Moisés hasta que fuese cumplida."
Alma 30:3
KnoWhy #563
“Y aconteció que al principio del quinto año de su gobierno, empezó a surgir la contención entre el pueblo... Y sucedió que se reunió el pueblo por toda la tierra... en grupos separados, ocasionando muchas disputas y grandes contenciones entre unos y otros”
Alma 2:1–5
KnoWhy #554
"[S]i Dios te hiriere, séate por señal de que él tiene poder tanto en el cielo como en la tierra; y también de que Cristo vendrá. ¡Y sea hecha tu voluntad, oh Señor, y no la mía!"
Jacob 7:14
KnoWhy #296
"Y estas ordenanzas se conferían ... para esperar anhelosamente de [Cristo] la remisión de sus pecados a fin de entrar en el reposo del Señor".
Alma 13:16
KnoWhy #274
"[Y] los protegeremos de sus enemigos con nuestros ejércitos, con la condición de que nos den una parte de sus bienes para ayudarnos, a fin de sostener nuestros ejércitos"
Alma 27:24
KnoWhy #256
"Por lo que, obedeciendo la voz del Espíritu y cogiendo a Labán por los cabellos, le corté la cabeza con su propia espada"
1 Nefi 4:18
KnoWhy #134
"Esta tierra de Jersón es la que daremos a nuestros hermanos por herencia".
Alma 27:22
KnoWhy #132
"Ahora pues, muy amados hermanos míos, ya que Dios ha quitado nuestras manchas, y nuestras espadas se han vuelto lustrosas, no las manchemos más con la sangre de nuestros hermanos"
Alma 24:12
KnoWhy #123
“Y así terminó el año undécimo de los jueces… el pueblo de Ammoníah había sido destruido; sí, toda alma viviente de los ammoniahitas había sido destruida, y también su gran ciudad, la cual decían que Dios no podía destruir a causa de su grandeza. Mas he aquí que en un solo día quedó desolada; y los perros y las bestias feroces del desierto destrozaron los cadáveres"
Alma 16:9–11